Etimología Del latín serēnō, serēnāre. Verbo transitivo - 1
- Hacer que algo o alguien se calme, se tranquilice, tenga paz o llegue a un estado de placidez y equilibrio.
- Uso: se emplea también como intransitivo y como pronominal: serenarse.
- Sinónimos: apaciguar, calmar, tranquilizar, sosegar.
- 2
- Hacer que las partículas suspendidas en un líquido bajen al asiento.
- Uso: se emplea también como pronominal.
- Relacionados: aclarar, sentar.
- 3
- Contener, moderar o controlar alguna emoción intensa y negativa, al menos en la expresión facial.
- Uso: se emplea también como pronominal.
- 4
- Exponer algo o a alguien a la humedad atmosférica de la noche (poner al sereno).
- Uso: se emplea también como pronominal.
Verbo intransitivo - 5 Meteorología.
- Llover de modo suave y con gotas pequeñas.
- Ámbito: Colombia, Nicaragua, Panamá.
- Uso: se conjuga solo en tercera persona.
- Sinónimos: brisar, chispear, garuar, gotear, lloviznar.
- Relacionado: goterear.
- 6
- Comenzar la caída del rocío durante la noche.
- Ámbito: Honduras.
- Uso: se conjuga solo en tercera persona.
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Etimología Del latín meliorare Verbo transitivo - 1
- Adelantar, acrecentar una cosa, haciédola pasar de un estado bueno a otro mejor.
- 2
- Pujar
- 3
- Dejar en el testamento mejora a uno o varios de los hijos o nietos.
- 4
- Ir cobrando la salud perdida; restablecerse en ella.
- 5
- Ponerse el tiempo más favorable, más benigno.
- 6
- Ponerse en lugar o grado ventajoso al que antes se tenía.
- 7 Agricultura.
- Operación que tiene por objeto aumentar o disminuir la frescura o humedad de la tierra, modificar ésta con la adición de tierras; aumentar o disminuir su consistencia, tenacidad, etc. También consiste en aumentar la fecundidad de las tierras con la adición de elementos minerales u orgánicos indispensables para el crecimiento de las plantas.
- 8 Milicia.
- Avanzar o cambiar ventajosamente el orden o disposición de combate.
- Uso: Usado por los clásicos de siglo XVI
Locuciones - mejorar el terreno: En tauromaquia, se dice cuando el torero, auxiliándose con el capote o la muleta, cambiándolos, o bien por medio de un quiebro, se coloca en el lugar apropiado, dejando el terreno de dentro o el sitio donde estaba, demasiado cerca de las tablas, pudiendo, a merced del cambio, ejecutar bien una suerte o evitar una cogida.
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