Adjetivo - 1
- De factura o producción muy reciente.
- 2
- Dicho de un alimento, en buen estado de conservación.
- Antónimos: pasado, podrido, rancio, piche (Venezuela)
- 3
- Dicho de un alimento, que no ha sido sometido a ningún tratamiento de conservación, como el salado o la congelación, o simplemente no procesado.
- 4
- Dicho de una persona, en buen estado de salud y descanso.
- 5
- Dicho de una sustancia viscosa, que aún no ha acabado de secarse.
- 6
- De temperatura ligeramente y agradablemente fría.
- 7
- Dicho de una tela o prenda, que ayuda a disipar el calor rápidamente y mantener fresco el cuerpo.
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- «[...] me hice un traje entero, esto es, una casaca y un pantalón abierto en las rodillas, ambos holgados para que fuesen frescos.»
- 8
- Dicho de una persona, que no muestra vergüenza por cometer acciones que se reputan inmorales, en especial las relativas al pudor.
- Uso: coloquial, despectivo
- Sinónimos: descarado, descocado, desfachatado, desvergonzado, impertinente, inverecundo, sinvergüenza.
Sustantivo masculino - 9
- Frío ligero y agradable.
- 10
- Bebida refrescante sin alcohol, en especial las gasificadas.
- Ámbito: América Central, Bolivia, Ecuador, Perú, Venezuela
- Sinónimos: gaseosa, refresco
Locuciones - fresco de raja
- chicha fresca
Sustantivo masculino - 1
- Técnica u obra pictórica realizada directamente sobre una delgada capa de estuco sin secar.
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Etimología Del latín flammans, participio de presente del verbo flammare, y este de flamma, "llama", de etimología incierta, probablemente de un preclásico *flagma , de la misma raíz que flagrare, "encender", y el griego antiguo φλέγω, el protoindoeuropeo *bʰel-. Compárese los dobletes flameante, llameante Adjetivo - 1
- Que arde en llamas
- Uso: obsoleto
- Sinónimos: ardiente, flameante, llameante.
- 2
- Por extensión, que brilla con mucha luz
- Uso: anticuado o literario
- Sinónimos: flameante, lúcido, reluciente, resplandeciente.
- 3
- Por extensión, recién hecho o estrenado
- Uso: formal o literario
- Ejemplo:
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- " —«¿Qué debo hacer para que no estés triste? Si la casa no te gusta la transformaré a tu antojo. Si te aburres, sola conmigo, desde mañana veremos gente. Daremos una gran fiesta; tengo muchos amigos aquí».
- Ahora le era odioso el tono de Antonio, ahora una sorda aflicción remontaba en ella. ¿Qué le estaba proponiendo? ¿Organizar toda una existencia allí, en ese fondo de mar, sin familia, entre amigos flamantes y servidores desconocidos?".
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