¿Cuál es la diferencia entre Mortal y Deletéreo?

Compartir en FacebookComparte en WhatsAppCopie la URL al Clipboard

La principal diferencia entre mortal y deletéreo

es:
– “mortal”: Que es susceptible de morir
– “deletéreo”: Que provoca perjuicios, deterioros o daños

mortal

deletéreo

Etimología

Del latín mortalis

Adjetivo
1
Que es susceptible de morir.
2
Que puede provocar la muerte.
3
Por antonomasia, humano.
4
Referido a un sentimiento, que lleva a desear la muerte de otra persona. Odio mortal.
5
Muy fatigoso o dificultoso.
  • Ejemplo: La mudanza de la casa está resultando mortal.
6
A punto de morir.
  • Uso: Poco usado
Locuciones
  • obra en pecado mortal
  • pecado mortal
  • restos mortales
  • salto mortal
Etimología

Del latín científico deleterius, y este del griego antiguo δηλητήριος (dēlētérios), de δηλήτηρ (dēlétēr, "destructor") , de δηλέομαι (dēléomai, "destruir") , de origen incierto, sin relación con el latín delere

Adjetivo
1
Que provoca perjuicios, deterioros o daños
  • Uso: formal o literario
  • Sinónimos: dañoso, dañino, insalubre, insano, lesivo, malo, malsano, mórbido, morboso, nocivo, peligroso, perjudicial, pernicioso
  • Ejemplos:
"aun hasta el carbon encerrado en cuevas viciadas, por el hecho mismo de tener este combustible la propiedad de absorver en sí toda infeccion, ésta misma le priva de su propiedad combustible, inutilizándole, especialmente para braseros, por adquirir un vicio deletéreo". de Peña y Valle, Ventura (1832) Tratado general de carnes. Madrid: Miguel de Burgos, p. 148
"aquellos dramas, con voluntad o sin ella de sus autores, infiltraban en la sociedad un germen ponzoñoso y deletéreo de grosero materialismo y de ruin y disolvente utilitarismo". Zugasti y Sáenz, Julián (1983 [1880]) El Bandolerismo. Estudio social y memorias históricas. Córdoba: Diputación Provincial de Córdoba, t. II, p. 203
"El director penetra hasta lo más íntimo del alma, hasta lo más secreto del corazón, y allí estudia el desarrollo de las pasiones, los movimientos de la gracia, las luchas misteriosas de la inocencia, los estragos del vicio, el influjo de las malas lecturas, la acción deletérea de los malos ejemplos". Sarabia, Ramón (1945) ¿Cómo se educan los hijos? Lecciones de pedagogía familiar. Madrid: Perpetuo Socorro, p. 572