¿Cuál es la diferencia entre Pantano y Marisma?

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La principal diferencia entre pantano y marisma

es:
– “pantano”: Hondonada donde se recogen y naturalmente se detienen las aguas, con fondo más o menos cenagoso
– “marisma”: Lago o cuerpo de agua formado por la inundación de un terreno costero con agua que redunda desde el mar. Este nombre implica necesariamente que hay alguna porción considerable de agua salada en la composición del líquido, lo cual es la principal diferencia entre la marisma y los humedales de agua dulce, como la ciénaga, el estero, y el pantano

pantano

marisma

Etimología

Del latín Pantānus, nombre de un lago de la Italia antigua.

Sustantivo masculino
1
Hondonada donde se recogen y naturalmente se detienen las aguas, con fondo más o menos cenagoso.
2
Gran depósito de agua, que se forma generalmente cerrando la boca de un valle, y sirve para alimentar las acequias de riego.
3
Dificultad, óbice, estorbo grande.
  • Uso: figurado
Etimología

Del latín maritima ("mar") y Del latín ora ("orillas").

Sustantivo femenino
1
Lago o cuerpo de agua formado por la inundación de un terreno costero con agua que redunda desde el mar. Este nombre implica necesariamente que hay alguna porción considerable de agua salada en la composición del líquido, lo cual es la principal diferencia entre la marisma y los humedales de agua dulce, como la ciénaga, el estero, y el pantano.
  • Relacionados: litoral, estuario
  • Ejemplo:
«Caía la tarde. De Huelva llegaba un olor a marisma, a brea, a pescado.»
  • Ejemplo:
« Por el tono parecía que ambos se expresaban con enfado, y aun casi con ira; pero no pude entender nada de lo que decían. ¶ Después se callaron, y creo que tomaron asiento, pues no los sentí acercarse más y hasta las aves se calmaron y volvieron a posarse sobre la marisma. ¶ Entonces me di cuenta de que estaba faltando a mi deber»
  • Ejemplo:
«En esta esquina de la calle de las Flores se ponían por la tarde los marineros, con sus trajes de paño de varios azules, en hazas, como el campo de octubre. Me acuerdo que me parecían inmensos; que, entre sus piernas, abiertas por la costumbre del mar, veía yo, allá abajo, el río, con sus listas paralelas de agua y de marisma, brillantes aquéllas, secas éstas y amarillas; con un lento bote en el encanto del otro brazo del río; con las violentas manchas coloradas en el cielo del poniente»